Imagino que no os descubriré nada si os digo que París es una ciudad maravillosa, pero tras visitarlo he de decir que es uno de esos viajes obligatorios... ¡Nadie debería morir sin visitarlo! Sí, todo el mundo sabe que es una ciudad muy bella, con lo que el factor sorpresa se pierde en gran medida, pero aún así quedé absolutamente fascinada. La amplitud de sus avenidas, la elegancia de sus edificios, la riqueza de sus museos, la fastuosidad de sus monumentos... No hay palabras para describirlo.
La Torre Eiffel, el barrio de Montmartre con la catedral de Sacre Coeur, Nottre Damme, los Campos Eliseos, el Louvre, el Sena, la Opera, las islas, el barrio latino, la plaza de la Concordia... Y -¡cómo no!- la zona de Pigalle, visita obligada para curiosos y viciosillos.


Categoría: Escapadas
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